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La final de la vergüenza para la Liga Marplatense

El partido que nunca debió empezar. Se jugó durante 44 minutos, con empate parcial 1-1 entre Kimberley y Círculo.

Por Juan Miguel Alvarez

Lo que se anunciaba como una de las finales más lindas de los últimos tiempos, empezó como un verdadero papelón. No por los protagonistas principales, que brindaron un buen espectáculo dentro de las posibilidades durante los 44 minutos que duró la primera parte de esta historia antes de la tardía suspensión.

La final de ida del torneo “Alejandro Víctor Giuntini” no debió empezar este sábado. Por sentido común. Ese que a veces le falta en los directivos de la Liga Marplatense que son, en definitiva, quienes toman las decisiones. Por eso el fútbol local está como está. Tampoco debió seguir ante el primer rayo al minuto de juego, pero ahí falló la autoridad dentro de la cancha, Juan Cruz Pampín.

Mucho se especuló en la previa sobre la disputa o no del encuentro. Porque desde el viernes el Servicio Meteorológico emitió un alerta para Mar del Plata y la zona por “tormentas severas” y fuertes ráfagas de viento. No se puede suspender por el pronóstico, afirmarán algunos. Bueno, eso ya pasó antes en la LMF sin siquiera un alerta como el de este sábado.

La jornada arrancó como se esperaba, un día de playa, pero el cielo empezó a cubrirse de nubes pasadas las 14 y la tormenta era cuestión de tiempo. Finalmente, la lluvia se largó, con mucha fuerza, a las 16.10, cincuenta minutos antes de la hora estipulada para el inicio del partido. Pasada media hora, todo hacía indicar que era inminente la suspensión. Por el espectáculo, la seguridad de los protagonistas y también de quienes deseaban asistir al encuentro, muchos de ellos con la necesidad de tomar la ruta 88 desde Otamendi.

Juan Cruz Pampín, árbitro del partido, se comunicó telefónicamente con Roberto Fernández, presidente de la LMF, quien le dio vía libre para tomar una decisión. Como el campo de juego estaba en buenas condiciones, el juez decidió arrancar, prometiendo suspender en “caso de una tormenta eléctrica”, tal como expresó en El Aguante, por FM QSL ESPN Mar del Plata 92.3.

Claro que a pocos segundos de iniciado el partido, antes de un tiro libre a favor de Círculo que iba a ejecutar Enzo Vértiz, el cielo se iluminó detrás de las tribunas que dan a la calle Vértiz. El juez, con la escena de frente, hizo caso omiso. Y todo siguió con total normalidad.

Un nuevo chaparrón se largó a los pocos minutos, con la continuidad de la tormenta eléctrica. Allí, juez principal habló con el asistente David Samatán y después llamó a los capitanes Joaquín Solaberrieta y Sergio Del Curto. No hubo acuerdo para la suspensión y otra vez el juego se reanudó. Claro que, más allá de la opinión de futbolistas o cuerpo técnico, la lógica indicaba otra cosa. Y la decisión, a esa altura, era exclusivamente del árbitro.

Mientras, afuera también pasaron cosas. Como una pelea verbal entre Héctor Nocelli, presidente de Kimberley, y Fernando Dieguez, vicepresidente de la LMF. Tuvieron que interceder terceros para que la cosa no pasara a mayores.

Después, el mandatario de Kimberley, todavía furioso, arremetió contra el máximo directivo de la LMF, que no estaba en la cancha, en declaraciones a El Batanense Deportivo, por FM Red Puerto Libre 101.9:

“Se tendrían que ir todos de la Liga. Hoy no se tendría que haber jugado y el presidente (por Roberto Fernández) no vino, debe haber estado tomando whisky en la casa”.

El tema de discusión era, obviamente, el contexto en el que se estaba desarrollando la final. Kimberley desde el principio tuvo una postura fuerte de no jugar. Círculo quería jugar si estaban las condiciones dadas. Pero, más allá de las diferencias, los que fallaron fueron los encargados de la toma de decisiones. Primero y principal la Liga. Después, el árbitro.

Hasta que, a los 44′ de la primera mitad, cuando ya era imposible jugar y el partido estaba igualado 1-1, Pampín le puso un poco de cordura a la situación y mandó a todos a los vestuarios.

Pero no terminó allí. Hubo discusiones y encontronazos con participación de jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Los de Kimberley, además, fueron a increpar al árbitro al vestuario y tuvo que actuar la policía. Un verdadero escándalo totalmente evitable.

La principal responsabilidad de lo ocurrido fue de la Liga. Después del juez. Pero los clubes también tienen que parar la pelota. Dejar atrás problemas pasados -una rivalidad que se gestó en el Federal- y darle el marco que se merece a esta final. Porque, está claro, pueden brindar un lindo espectáculo. Como lo hicieron el tiempo que se jugó. Que el campeón se resuelva dentro de la cancha. Y en otro contexto.

Lo que se jugó cumplió las expectativas

Kimberley y Círculo protagonizaron un lindo espectáculo pese al estado del campo de juego. Porque intentaron jugar, tuvieron situaciones y marcaron goles. El empate parcial, 1 a 1, reflejó bastante bien lo ocurrido durante los 44 minutos de juego antes de la suspensión.

El dominio fue cambiante. Y por momentos, el trámite se hizo de ida y vuelta. El principal problema lo tuvieron las defensas, ante la imposibilidad de afirmarse bien en el campo.

En ataque, lucieron bastante bien. Kimberley tuvo un poco más de elaboración, con un buen primer pase de Lautaro García, con Matías Barreiro como encargado de meter los centros peligrosos y con Franco Mañas determinante para romper líneas con pelota dominada. El ex Cadetes generó la mejor situación del partido. Arrancó por derecha, descargó con Rondanina, quien le devolvió la pared, pasó ante un defensor y su remate, frente al arquero, fue desviado con lo justo por Del Curto.

Pero Mañas tuvo su revancha, por oportunismo. Tras un primer centro de Barreiro, Arrachea despejó pese al grito de Del Curto, el zurdo volvió a meter la pelota “venenosa” al área, Quiroga no pudo rechazar apremiado por Rondanina y el balón quedó muerto para el ingreso de Mañas, quien ahora no falló a los 31′.

Círculo también lo buscó con sus armas. Sobre todo, con el dos-uno por los costados. Y reaccionó muy rápido ante la desventaja. Porque inmediatamente Bianchi apareció en el área rival y fue derribado. Penal que cambió por gol Atlante, después de varios minutos de discusiones. El zurdazo cruzado no fue desviado por poco por Barucco, quien adivinó el palo.

Los dos equipos se adaptaron a la situación y la primera parte de la final resultó entretenida. Lo que viene, todavía puede ser mejor.

¿Sigue el miércoles?



La Liga Marplatense de Fútbol resolverá en las próximas horas cuando continuará la final de ida del torneo de Primera División entre Kimberley (1) y Círculo (1).

Con la lluvia del sábado, el campo de juego no iba a estar en óptimas condiciones el domingo. De todas maneras, el operativo policial no estaba garantizado, con efectivos afectados al partido de Quilmes por la Liga Nacional de Básquetbol. Lo mismo sucedería el martes, ya que juega Peñarol. Por eso, en principio, el partido seguiría el miércoles en el José Alberto Valle. La vuelta está pautada para el sábado en Otamendi.

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